MI PERRO SULTÁN
Érase
una vez un perro que su madre no lo podía alimentar porque tuvo muchos
cachorros. Su dueño, como veía que la mamá perro no podía alimentarlos, llamó a
sus amigos y le regaló un cachorro a cada uno de ellos. Uno de los cachorros se
lo regaló a mi tío Jesús.
Cuando
llegó, como era tan pequeñito, le daban de comer con un biberón, lo bañaban en
un barreño y lo secaban con una “minitoalla”. Llegó el momento de ponerle
nombre y decidieron ponerle Sultán.
Sultán
ha crecido mucho y es muy juguetón. Mi abuelo lo saca de paseo por el campo y
cuando vuelve a casa llega asfixiado porque Sultán viene corriendo, jajajaja.
Otro
día mi tía se atrevió a sacarlo y se le escapó, se metió en los charcos de
barro y cuando mi tía lo llamó, corrió hacia ella y la llenó entera de barro,
jajajaja.
También nos llevamos sustos con él, como el día que mordió
su cuerda y se escapó. Lo buscamos por todas partes y nada, no aparecía. Hasta
que pasó un buen rato y volvió el solo a
casa. ¡Qué contentos nos pusimos todos!, y más yo que creí que lo había perdido. ¡Hasta salté de alegría!
Este es
Sultán: un perro cariñoso, travieso y muy juguetón.
LUISA CARAVACA – 2º DE ED. PRIMARIA
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