martes, 16 de junio de 2015

Cuentos de mascotas - 6

LA AMISTAD NO DIFERENCIA DE SERES VIVOS
                Érase Una vez una niña llamada Rocío. No tenía nada: solo un gato y su familia.
                No tenía mucho para comer pero a su gato no le faltaba la comida. Lo poco que tenía se lo daba a su gatita Lulú.

                Después de meses, como Rocío no podía alimentarse, la llevaron a un centro de adopción con otros niños que tampoco tenían para alimentarse. Ella lloraba mucho porque no encontraba cómo decirle adiós.



4 AÑOS DESPUÉS…
                La niña cuando cumplió la mayoría de edad, pudo irse del centro. Pues solo salir, su gata estuvo todo el tiempo esperándola en la puerta del centro pues ya no tenía mucha energía. Rocío aprovechó todo el tiempo con su gata, pero ya pasaron los días y Lulú se fue apagando como una vela, cada vez más. Hasta que ya llegó el momento de morir.
                Pero Rocío se quedó mirándole la barriga y se dio cuenta de que estaba preñada. La llevó al veterinario y le explicó lo sucedido. El veterinario hizo lo posible pero la gata murió en el parto. Los gatitos quedaron vivos.
                Pero Rocío sabía que por muchos gatitos que hubieran nunca la harían sentir lo que sintió por Lulú.

Rocío Meselech Ruiz - 5º de Primaria.



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